El alumno es entendido como un sujeto activo procesador de información, quien posee una
serie de esquemas, planes y estrategias para aprender a solucionar problemas, los cuales a
su vez deben ser desarrollados. Siempre en cualquier contexto escolar, por más restrictivo
que este sea, existe un cierto nivel de actividad cognitiva, por lo cual se considera que el
alumno nunca es un ente pasivo a merced de las contingencias ambientales o instruccionales.
Desde el punto de vista cognitivo, esta actividad inherente debe ser desarrollada para lograr
un procesamiento más efectivo.

Por tanto, es en la capacidad cognitiva del alumno donde está el origen y finalidad de la
situación instruccional y educativa; por lo cual es necesario, darle oportunidad para
desempeñarse en forma activa (abierta o cubierta) ante el conocimiento y habilidades que
queremos enseñarle.
No hay comentarios:
Publicar un comentario