Este es el paradigma con mayor tradición en la educación. La versión skinneriana (operante) nació en la década de 1930 y a partir de investigaciones en el laboratorio, con métodos objetivos usados por las ciencias naturales, surgieron una serie de principios válidos para aplicarse a todas las situaciones de la problemática educativa. Es el estudio descriptivo de la conducta que se puede observar, cuantificar y medir. La conducta de los organismos puede ser explicada a través de las contingencias ambientales, y los procesos internos de naturaleza mental no tienen ningún poder causal explicativo.
Se considera que los fines del trabajo teóricos y de investigación son: descubrir los principios y leyes por los cuales el medio ambiente controla el comportamiento de los organismos (Reynolds, 1977).
Sus autores más representativos fueron:
John B. Watson (1878 -1958): Psicólogo americano considerado el fundador la de la psicología conductual. Consideraba que el único modo de entender las acciones humanas era a través del estudio de su comportamiento. No admitía los procesos mentales (contrario al estudio de la “conciencia”).
Burrhus F. Skinner (1904 -1990): Psicólogo norteamericano. Diseñó sus investigaciones siguiendo los principios del conductismo. Propuso las técnicas de modificación de conducta (sobretodo el condicionamiento operante) como herramienta de cambio en las acciones humanas.
Ivan Petrovich Pavlov: Fue un fisiólogo ruso discípulo de Ivan Sechenov y ganador del Premio Novel en 1904 por sus investigaciones sobre el funcionamiento de las glándulas digestivas. Trabajó de forma experimental y controlada con perros, a los que incomunicaba del exterior en el laboratorio que se pasó a llamar "las torres del silencio". Sus estudios lo llevaron a interesarse por lo que denominó secreciones psíquicas, o sea, las producidas por las glándulas salivales sin la estimulación directa del alimento en la boca. Pavlov notó que cuando en la situación experimental un perro escuchaba las pisadas de la persona que habitualmente venía a alimentarlo, salivaba antes de que se le ofreciera efectivamente la comida; no obstante, si las pisadas eran de un desconocido, el perro no salivaba. Estas observaciones le inspiraron para llevar a cabo numerosos estudios que fueron la base del Condicionamiento Clásico. Nunca se consideró un psicólogo, y hasta el fin de sus días sostuvo que era un fisiólogo.
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